1/2Kg de fruta
1/2Kg de azúcar
Jugo de un limón
Preparación:
Poné la fruta en un bol a macerar con el azúcar durante un día.
Luego, poné esta mezcla en fuego suave hasta que las grosellas se desintegren. Revolvé con cuchara de madera.
Colá la preparación con un colador de agujeros muy finitos.
Una vez colada, volvés a ponerla en el fuego bajo, y revolvé con una cuchara de madera hasta que de solidifique.
Comprobás la solidificación, sacando un poquito de mermelada con una cuchara, la volcás en un plato y ves si al rato lo
que pusiste se endureció o no (no tiene que quedar dura, sino más bien gelatinosa).
Cuando ves que se empieza a solidificar apagás el fuego.
Los frascos deben estar limpios.
Los llenás de agua caliente y cuando tu mermelada está lista, tirás el agua caliente de los frascos y los llenas con la
mermelada (esto evita que la mermelada sufra el cambio de temperatura).
Cerrá los frascos rápidamente y dalos vuelta para que se vaya el aire. Dejalos así un buen rato y ponelos en sentido correcto.
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